miércoles, 3 de agosto de 2011

Si aún dices venga, yo digo vale...

Y ha pasado un mes desde que sentí tus labios sobre los míos y aún ahora me cuesta conciliar el sueño, doy mil vueltas en mi cama, tengo que ponerme los cascos y salir al balcón a escuchar esa maldita canción que me taladra la cabeza y lo que es peor, el corazón. Ha pasado ya un mes y aún me acuerdo de ese domingo que salí de casa sin saber que me encontraría contigo horas más tarde en la oscuridad, llegue a casa ya lunes, y todavía me sonrojo cuando me acuerdo de tus besos, del peligroso juego de tus manos, de tus palabras utilizadas con precisión, de tu boca, de ti... Después de esta noche todo fue desesperación por verte, por encontrarme contigo en cualquier lugar, de ver tus ojos, de comerte la boca, de sentirte cerca...con los días ya era evidente que no volveríamos a quedar, a pesar de que me dijiste que nos volveríamos a picar. Inútilmente te esperé, y te seguiré esperando inútil, otra vez. Quizás ni si quiera recuerdes la fecha exacta en la que quedamos, ni recuerdes nada de mí, pero ya lo recuerdo yo por ti.

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